En la ciudad luz, como en todas las grandes ciudades, las estafas y robos están a la orden del día. Tribu Viajera te cuenta de las estafas más populares de París para que estés atento y no caigas en una trampa que pueda amargar tu viaje.

La estafa del anillo de oro de París

El primero de los timos es el del anillo, tú vas paseando tan tranquilamente por alguna de las largas avenidas de París y se te cruza la timadora (parece que siempre es mujer). Justo cuando llega a tu altura, especialmente si vas en pareja, se agacha como si acabara de encontrar un anillo absurdamente grande (supuestamente de oro) en el suelo. El caso es que en un idioma ininteligible tratarán de decirte que se te ha caído el anillo, y luego que ellos no se lo pueden quedar, que te lo quedes tú.

          En este punto parece que el timo suele cambiar según el timador y el timado. A veces te piden directamente dinero por el anillo, otras se van como si nada para volver a los pocos metros a pedirte un poco de dinero para comer. Y claro, tú, con tu flamante anillo de oro gratis, no vas a negarle unos Euros a tu benefactor. Ni que decir tiene que el anillo no vale más de un Euro.

La estafa de las firmas de París

Este timo se divide en tres subtimos según la institución para la que el timador supuestamente trabaja y a la que tú debes donar. Pero el modus operandi es muy similar. El timador llega con un portapapeles, pidiéndote una firma en una de sus hojas tras la que tú tendrás que realizar un donativo mínimo de 10€ (que en ocasiones se indica en letra pequeña en el propio papel).

 

          Pueden tratarse de sordomudos pertenecientes a una asociación de sordomudos, de africanos buscando firmas en favor de la paz, o de emigrantes con una madre con cáncer y un padre sin trabajo. Tú firmas porque eres buena gente y ellos te piden el donativo que has aceptado pagar. Dicen que hay gente que se saca más de 30 000€ al año haciendo esto.

La estafa de los brazaletes Hakuna Matata de París

Junto a la Basílica del Sacré Cœur te encuentras fácilmente muchos africanos que se dedican día y noche a realizar este timo. La idea es agarrarte el brazo lo antes posible para ponerte una pulserita hecha a mano y cerrarla rápidamente para que no puedas quitarla, todo esto mientras te repiten toda la misma historia: “Where are you from?, I’m from África, Hakuna Matata my friend!”. Por supuesto la pulsera no es gratis, y son capaces de pedirte hasta 30€ por ella. ¿Por qué? Porque así cuando negocies y te la lleves por solo 5€ te sentirás menos mal… hasta que vayas a una tienda a 100 metros y la veas por un Euro, claro.

La estafa de los trileros en París

Los trileros están por todas partes, y París no iba a ser menos. La idea es clara, un juego con cartas, bolitas o lo que sea, que es a primera vista tan fácil que piensas que te vas a pagar las vacaciones allí. Una persona ya se está ganando mucho dinero, mientras tú observas el juego, deja un billete de 50€, acierta, y se lleva dos. Pronto tiene unos 300€ en su cartera y tú estás babeando. La persona de turno es el gancho y aliado con el trilero se encarga de incentivar tu instinto apostador. Una vez juegues tú toda artimaña será poca para que pierdas todo el dinero que llevabas, incluso si no te lo juegas, pues suelen trabajar carteristas por la zona que aprovechan tu concentración para magrear tus pertenencias. El dinero fácil no existe, repítete una y otra vez esta frase.

La estafa de las firmas en restaurantes de París

Más que un timo, el último de la lista es directamente un robo, y también tiene las firmas y los portapapeles como protagonistas. El patrón de comportamiento es similar, solo que te buscarán en las mesas de las terrazas de los muchos restaurantes y cafeterías de la ciudad. Y en esta ocasión su objetivo no es tu donativo, sino los objetos que hayas podido dejar sobre la mesa. Pondrán el portafolios sobre tu monedero o móvil si es que se ha quedado allí y para cuando te des cuenta de que ha desaparecido quizás no puedas ya atraparlos. Así que todo siempre contigo, nada de pasarse de cómodo en la terracita.

La estafa de la rosa

París es famoso por su atmósfera romántica. Si alguien se te acerca y te ofrece una rosa recién cortada, pensarás que es un acto espontáneo de gentileza o amor, ¿a que sí? Pues te equivocas: te quieren por tu dinero. Si aceptas la flor, el timador te exigirá que le pagues de inmediato. Incluso si le devuelves la rosa al instante, podría seguirte para reclamar el pago.

La estafa del alma caritativa en el metro

Esta variedad de timo no es exclusiva de París, ya que todas las ciudades del mundo con una red de metro y un sistema de billetes algo complejo tienen a «buenos samaritanos» al acecho para aprovecharse de los incautos. Mientras intentas descifrar los mapas y el funcionamiento de las máquinas, se te podría acercar una persona vestida con un uniforme de aspecto oficial para ayudarte a sacar los billetes. Te cobrará un billete para adultos, pero te comprará uno infantil, o incluso directamente te dará uno caducado.              Lo peor de todo es que, si te cacha un supervisor auténtico, te tocará pagar una multa.

La estafa del carterista

Si bien algunos timadores intentan robarte dinero aprovechándose de tu generosidad, otros ignoran este paso y directamente te roban la cartera. Los carteristas que operan en París siguen tácticas muy variadas. Unas veces fingen ser malabaristas distraído que chocan contigo «sin querer», otras se hacen pasar por turistas despistados que te piden ayuda para orientarse con un mapa. En ambos casos, lo que hacen es distraerte para desviar tu atención de la cartera o del bolso mientras él o un cómplice te despluman. Hay carteristas por todo París, pero son especialmente activos en el Louvre y alrededores, donde ya se encarga de distraerte la mismísima Mona Lisa.

La estafa del vendedor callejero

No hay nada de malo en querer llevarse un recuerdo de París para rememorar el viaje, pero elige bien a quién se lo compras. Muchos de los vendedores callejeros que operan en las zonas más turísticas son famosos por sus técnicas de venta un tanto agresivas. Al principio te sugieren con simpatía que examines los artículos y te los pruebes, pero en cuanto toques algo o muestres el más mínimo interés, te pedirán que lo pagues. Algunos incluso siguen con insistencia al posible comprador, lo que puede echar a perder irremediablemente una visita a un lugar de interés.

La estafa del mago

Al pasear por la calle, un desconocido de repente podría soltarte algo viniendo a decir como que piensas demasiado, normalmente en inglés, o incluso en tu idioma, si detecta y conoce la lengua en la que hablas. Seguramente tiene razón, y es que la mayoría de las personas pensamos demasiado, pero esta frase es solo el comienzo de un timo conocido. Lo que hará a continuación será afirmar que te conoce bien, a pesar de que no te haya visto en la vida. Incluso podría intentar adivinar cómo se llama tu madre o algunos rasgos de tu personalidad. Sea como sea, el truco de magia solo dejará una profunda impresión en tu cartera.

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